Tu bolsillo te lo agradecerá.
En los meses más calurosos del año el aparato de aire acondicionado se convierte en la mejor solución para combatir el calor. Si no dispones de aire acondicionado en tu casa o prefieres tenerlo apagado y además ahorrar en la factura de la luz aquí te damos unos consejos para mantener la casa fresca.
1. Baja las persianas o los estores
Por muy simple que parezca, usar persianas o estores puede reducir hasta un 7% la factura de la luz y bajar hasta 10 grados la temperatura del interior. Es una forma de evitar que la casa se convierta en un pequeño invernadero, especialmente aquellas habitaciones con ventanas orientadas al sur o al oeste.
2. Aprovecha bien las puertas
Cerrar las habitaciones durante las horas más calurosas del día evita que se extienda el calor por la casa. De forma contraria, conviene aprovechar las horas más frescas de la noche abriendo las puertas para que circule el aire por todas las habitaciones.
3. Tunea un ventilador en vez de usar el aire acondicionado
Ni siquiera el aire acondicionado puede imitar la sensación de la brisa marina, pero con este ingenioso truco, se puede conseguir. Llena un cuenco con hielo (o cualquier cosa que esté helada) y colócalo en ángulo frente al ventilador de tal forma que el aire circule sobre el hielo. La corriente saldrá fresca y muchísimo más agradable. Ya lo verás: es mágico.
4. Ventanas bien aisladas.
Este tema nos suele preocupar únicamente en invierno, pero al igual que en esta época se escapa por esos huecos el calor de nuestras casas, durante el verano entrará por ellos. Si nuestra casa está muy expuesta al sol, lo mejor será colocar unos toldos que cubran las ventanas e impidan que incidan en exceso los rayos.
6. Aprovecha los extractores de calor
Enciende el extractor de la cocina o el del baño, si tienes. Absorberán el calor que has generado haciendo la comida o duchándote.
7. Deja que entre el aire por la noche
Durante los meses de verano, las temperaturas pueden caer por la noche según donde vivas. Aprovéchalo abriendo las ventanas antes de dormir o incluso crea tu propio túnel de viento distribuyendo estratégicamente los ventiladores de forma que se maximice la brisa que entra. Eso sí, acuérdate de cerrar las ventanas (y las persianas y estores) antes de que empiece a subir la temperatura otra vez por la mañana.
8. Olvida ya las luces incandescentes
Si necesitas algún motivo para cambiarte a las lámparas fluorescentes, ya lo tienes. Las bombillas incandescentes gastan un 90% de electricidad en generar energía calorífica, de modo que deshacerte de ellas es una buena forma de refrescar la casa y reducir la factura de la luz.
9. Evita encender aparatos eléctricos y luces.
Por muy pequeña que sea una bombilla esta emitirá calor. Así que mantendremos apagado todo lo que resulte prescindible. Al contrario de lo que podamos pensar los electrodomésticos, como el ordenador o la televisión, en modo espera o «stand-by» (con el piloto rojo encendido) también generan calor. Utilizar el horno en la cocina durante estos días queda «prohibido» salvo que sea imprescindible.
10. Barbacoa antes que usar el horno
Es obvio, pero hay que decirlo: usando el horno en verano subirás la temperatura de la casa. Si ya parece que estás a 40ºC dentro, ¿por qué querrías encender un aparato que se pone a 250ºC? Además, ¿a quién no le apetece hacer un picnic o una barbacoa con los amigos y familiares?
11. Llena de verde tu casa.
Sobre todo de plantas con hojas verdes y de gran tamaño. Pulveriza agua sobre estas y verás como refrescan el ambiente. Algunas plantas de interior, especialmente las que tienen hojas verdes y grandes, te ayudarán a mantener tu casa fresca en los meses de verano a la vez que crearán un ambiente más acogedor.
12. Riega tu terraza o balcón.
Cuando cae el sol puedes refrescar las superficies que rodean tu casa. Sobre todo si han incidido en ellas los rayos.